¿Cuál es la única función que un Directivo NO puede delegar?

Esta pregunta es interesante, si pensamos que una de las maneras que el líder tiene para desarrollar a su gente y “ganar tiempo” para dedicarse a asuntos más estratégicos es el delegar; el dar autonomía a sus colaboradores.

Para responderlo veámoslo desde esta perspectiva: Si un Directivo está por ausentarse, digamos 15 días, ya sea por vacaciones, tomar un curso, hacer un viaje de negocios al extranjero. Entonces, lo adecuado es reunir al equipo y asignar al más calificado a hacerse cargo del equipo en su ausencia. “Confío en toda tu experiencia y capacidad para tomar las decisiones que creas conveniente, tienes el “poder de la firma”, por decirlo de algún modo”. Al equipo le dirá que éste colaborador los apoyará en la ausencia de él mismo.

Pregunta; ¿qué es lo primero que debe de hacer este Directivo al regresar al trabajo? La respuesta será, ponerse al día, hacer rendición de cuentas con la persona que se quedó a cargo. Pues bien, este “ponerse al día” es tomar el CONTROL.

¿Qué significa este control y cuál es la motivación que debe de haber detrás de este? Pues bien, este control no significa dar órdenes y pedir que las cosas se hagan a su manera. Tampoco es buscar errores y reprochárselo a su equipo. Por el contrario. El CONTROL al que nos referimos tiene que ver con controlar para estar enterado de los avances, logros, retrasos. Por ejemplo. Si el Directivo no pudo ir a una reunión importante con un cliente, al momento oportuno, llamará a sus colaboradores para enterarse cómo les fue; qué aceptó el cliente, que no está acordado y qué acuerdo hay con él, como llevar una nueva propuesta la semana entrante.

En los dos ejemplos mencionados, el viaje por 15 días en qué no estuvo en su oficina o la reunión con el cliente. Imagínense que el jefe de este Directivo llama para ver detalles. No puede responder que no sabe, que no está enterado. Por eso decimos, la única función de un Directivo que no es conveniente delegar el CONTROL; el estar enterado.

Regresando a la pregunta de qué motivación debe de haber detrás del control, responderemos que el buscar la oportunidad de FELICITAR; de reconocer a los colaboradores. El control se basa en la confianza hacia los colaboradores; confianza en que están dando lo mejor de sí, piensa positivamente, honra los buenos resultados felicitando y reconociendo. En cambio sí se basa en la desconfianza, el Directivo se vuelve controlador en búsqueda de errores y logrará que sus colaborares solo rindan “al servicio según lo prescrito”; a rendir solo lo necesario.

El control; el estar enterado, crea el contexto general para la aplicación de la felicitación o la dirección

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